Por un nuevo perfil profesional del Comunicador Social, por una Comunicologìa Posible, por una Comunicación "Educativa" y por el rescate de la Investigación.

2ºparte: Por un nuevo perfil profesional del Comunicador (El oficio del comunicador ¿Comunicar?)

EL OFICIO DEL COMUNICADOR, ¿COMUNICAR?


Siguiendo las ideas de Camacho, plantearemos algo muuy cierto, Al comunicador le enseñan un poco de todo pero... ¿El que mucho abarca poco apreta? ¿Fallan las universidades? ¿Falla el perfil? ¿Qué le falta al perfil? Veamos lo que plantea Camacho.




Detrás de estas polémicas se esconde una manera particular de entender y trabajar la comunicación que no ha logrado superar el difusionismo (modelo lineal) y la visión instrumental que la reduce simplemente a información, persuasión o propaganda. Por eso hay que aclarar que comunicación es mucho más que radio y televisión -es decir, más que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías- y, de hecho, que esos tres aspectos mencionados anteriormente, ya que también abarca la comprensión de los actores que en permanente relación e interacción producen sentido (procesos de significación) resultante de sus prácticas y van configurando formas de ser y actuar en sociedad (creación cultural).
Sin duda que esta forma de concebir la comunicación involucra a periodistas/reporteros, publicistas, productores, relacionistas públicos, locutores y otros, pero otorga al comunicador del próximo milenio, preocupado por mejorar la calidad de vida de los hombres y mujeres a los cuales se debe, un perfil particular que trataremos de desentrañar y configurar parcialmente en las siguientes líneas.
Es importante mencionar que todos los seres humanos ejercemos nuestra cualidad como tales y nos constituimos en sujetos sociales gracias a nuestra competencia comunicativa. Empero, en este texto nos referimos al comunicador social como la persona que cumple una labor profesional de intervención consciente y sistemática en las prácticas sociales a partir de saberes, herramientas y técnicas comunicacionales, que en gran parte son resultado de la incorporación y adaptación de otras ciencias sociales, pero que también presentan sus especificidades.
En esta dirección, mucho se critica a los estudiantes de comunicación que en las aulas universitarias revisan de todo un poco sin ninguna profundidad, sin comprender cabalmente que su ser profesional se constituye propiamente en el análisis de los actores en interacción, esto es, en comunicación en situaciones y contextos históricos determinados. Entonces, surge inmediatamente la interrogación:


¿cómo los comunicadores podemos comprender e intervenir en las prácticas sociales si no (re)conocemos y aprendemos ese complejo entramado social como hecho cultural desde la interdisciplinariedad?

1ºparte: Por un nuevo perfil profesional del Comunicador (Carlos Camacho)

Me preocupa demasiado, pensar en miles de comunicadores desempleados, o que trabajan como comodìn en alguna institucion, los pasantes explotados, y el desierto campo de la investigaciòn. Por tal razòn EXIJO la reflexiòn acerca de los diferentes puntos que enuncia este comunidador Carlos Camacho de nacionalidad boliviana, que aunque hagamos oidos sordos, es cierto, y si las universidades no reflexionan y reformulan el perfil profesional del comunicador, lamentablemente, se seguiràn perdiendo muchas mentes que pueden estar nutriendo a las universidades como docentes e investigadores de excelencia. Aunque este ultimo termino tambièn lo pondrè en discusiòn. Que comience el debate.

DISCUSIONES SIN SOLUCIONES

Me parecen oportunos algunos comentarios en torno al rol del comunicador social en nuestros tiempos a partir de la polémica suscitada por el periódico La Razón en las últimas semanas sobre la necesidad o no de elaborar la tesis en la carrera de Ciencias de la Comunicación al nivel de licenciatura.
Si bien en diferentes editoriales y artículos se plantean argumentos a favor y en contra de la tesis, el problema de fondo aún no se ha tocado. Me refiero a la orientación y compromiso que debe tener el profesional de la comunicación en nuestra realidad, que no es sólo una cuestión curricular (plan de estudios) sino también epistemológica (manera de conocer lo que sucede, y esto incluye a la investigación) y política (sentido y dirección de las acciones).
Más allá de polemizar la ineludible función de la investigación científica -la cual lamentablemente se limita a la elaboración de tesis de grado- que debe impulsar y promover la universidad, nos preguntamos sobre la finalidad de la formación académica, más orientada a la demanda de los medios sociales de comunicación, especialmente del medio televisivo.
Esta formación lleva a que los cientos de comunicadores egresados y titulados sean considerados, en las escasas fuentes de trabajo a las que pueden acceder, como la "última rueda del coche" o en el mejor de los casos los "apaga incendios", perdiendo de vista el papel protagónico que la comunicación y los comunicadores están jugando en el escenario social contemporáneo. Estamos en condiciones de afirmar que las sociedades de fin de siglo no se pueden comprender al margen o exclusivamente desde la comunicación.
Por lo tanto, intentaré aproximarme aquí al perfil del comunicador que se requiere tanto en instituciones públicas como privadas. Un perfil orientado -y esto hay que ponerlo en evidencia desde un principio- hacia el desarrollo y, por este mismo hecho, al cambio social, desde la perspectiva que trabaja la planificación de los procesos comunicacionales.

Gloria Chilo

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Salta, Argentina
*Tec. en comunicaciones sociales *Prod. y Dir. de radio y televisión *Estudiante la licenciatura en Comunicaciones Sociales en la Universidad Católica de Salta-Sede Castañares *Estudiante de la carrera de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Salta-Sede Castañares

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